Ya comenzaba a notar el frío en sus pies, hacía días que no paraba de llover y eso comenzaba a irritarle, eran sus vacaciones y ni siquiera había visto un rayo de sol. Se encontraba bajo su paraguas, quieta, dejando que la lluvia cayese mientras le esperaba, mientras jugaba con su pelo y miraba constantemente el móvil por si le había ocurrido algún altercado. Ahí estaba, lo veía en la lejanía con la cabeza agachada, puede que por el viento, o quizás por la vergüenza que le suponía verla después de tantos años; así es como ella estaba.
Llegó la hora de saludarse, había esperado ese momento mucho tiempo y lo había construido cientos de veces en su mente, se la imaginaba a ella saltando a sus brazos, o puede que tan solo mirándole y consiguiendo vocalizar un seco "hola". No fue así, se saludaron con dos besos y una pequeña sonrisa, como dos adultos que lo hacen por educación. El tiempo no había pasado en vano sobre él, seguía siendo aquel chico apuesto que solía abrazarla por la espalda solo que ahora, ya era un hombre. En su piel se visualizaban los signos de la adolescencia, aquella etapa que pasaron juntos pero que las circunstancias les hicieron separarse. Puede que fuera lo mejor, solía pensar ella, los dos siguieron sus caminos, distantes, sin saber nada el uno del otra hasta que tal día como ese, seis años después, un par de mensajes consiguieron volver a reunirles.
Y ahí estaban, el uno frente al otro, evitando miradas hasta que él la encontró a ella, fijó sus ojos en los suyos y se mantuvieron así un instante, puede que fueran solo unos segundos pero a ella le pareció mucho más. Era como si las miradas estuviesen hablando, se estaban comunicando, no había forma de despegarse de aquellos ojos verdes hasta que los dos lo sintieron, sintieron un gran impulso que les hizo abrazarse, fundirse en un cálido abrazo que les hizo olvidarse de la lluvia, de todo cuanto les rodeaba. Nadie sabía que podría pasar después, que les depararía el futuro, pero eso no les importaba, sabían que ese era su lugar, el uno junto al otro después de tanto tiempo.
Pequeño relato que se ajusta bastante a mi reciente situación personal, claro está que con un toque ficticio. Digamos que un hecho real que consiguió inspirarme.
Espero que estéis parando unas buenas vacaciones no tan lluviosas como las mías. Os recuerdo la opción de dejarme un mensaje de voz, me haría mucha ilusión pero sino ya sabéis, un comentario con vuestra opinión, crítica y vuestro blog para que me pueda pasar : ) Un besito a todos!
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Guapísima. Qué bonito relato, ya me gustaría a mi vivir una situación parecida a la tuya!
ResponderEliminarPues por aqui hay nieve... Y no lluvia. No sé que es mejor jajaja! Espero que te vaya bien entonces con este chico!
Un besote guapa.<3
Hola cielo!
ResponderEliminarEs precioso.
Amo los días de lluvia.
Pero tienen el problema de que te hacen anhelar a otras personas mucho...
Un besazo, May R Ayamonte
Bonito relato ! los días de lluvia son mis preferidos pero la verdad a veces te hacen ponerse sentimental sobretodo a mi ! Los reencuentros suelen ser complicados nos los imaginamos infinidad de veces en nuestra cabeza pero nunca son como los planeamos simplemente diferentes .
ResponderEliminarun besazo! mery
Me encanta tu blog!!escribes cosas muy bonitas e interesantes!como este post que me ha gustado mucho!
ResponderEliminarTe seguimos desde YA!!! este es nuestro blog
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Un besito ;)