Memories

Algo que te oprime el pecho. Que no te deja pensar con claridad. Hay mil cosas en tu cabeza que no tienes a quien transmitir aunque bueno, tampoco sabrías como hacerlo, y eso hace que el dolor aumente.  Respiración agitada. Visión borrosa. Crees que te vas a desvanecer, pero no ocurre. Quizás habría sido mejor, ¿no? Olvidarse de todo y simplemente desaparecer, aunque fuera tan solo un instante, ínfimo, pero existente de todas formas.

Pero cuentas hasta diez. Te relajas. Tu corazón recupera el ritmo normal y cierras los ojos. ¿Ya ha pasado un año? En efecto. Ni siquiera te habías dado cuenta. Tu subconsciente si, te estaba dando señales. Ya está, ya hay una visión clara en tu cabeza de que es lo que estaba ocurriendo. Recuerdos que desfilan en tu mente que no te dejan articular palabra. Simplemente estás ahí, sola, por suerte o desgracia, recordando todo lo que pudo ser y no fue; y peor aún, imaginando que nunca, pero nunca, podrás volver a sentir algo así.

¿Sabéis que es lo que más me gusta de tener un blog? Poder leer entradas antiguas y recordar que es lo que sentía en cada momento. En esta entrada me refiero a un suceso ocurrido año atrás, y así es como traté de relatarlo por aquel entonces. A drop in the ocean Sin embargo, un año después, aun se me cae una lágrima.