Un gran cabreo es él que llevo yo encima.

Pues sí, odio enfadarme pero a veces toca. Me parece increíble lo hipócrita que puede llegar a ser la gente. Te encuentras un blog, a simple vista todo en orden, en un margen observas un cita "no al plagio, ten imaginación" y piensas para ti, muy cierto. Pero de repente caes en la cuenta de que una de sus entradas te suena, te suena hasta tal punto que ha salido de ti, de tu corazón, que puede llevar alguna que otra lágrima tuya o sonrisas pero que seguro llevará mil sentimientos que recorrieron tu cuerpo. Y explotas, y te pones a buscar en internet y descubres no uno sino varios blogs que han copiado tus entradas y les han puesto su firma. Siempre he aceptado que la gente pusiera textos míos en sus tablones, es más me alagaba ya que era signo de que les gusta pero no se hacen propietarios de ellos ya que todos sabemos que la mayoría de los tablones de tuenti no son escritos por uno mismo pero un blog sí. Un blog pertenece a una persona, y por ello todo lo que hay dentro del también. Por supuesto este texto no va para todos vosotros, a estas alturas se sabe perfectamente quien de veras vale la pena y sé que muchos de vosotros leéis mis entradas sin ningún propósito malévolo y sabéis que os aprecio mucho a todos. Sin embargo, a esa minoría que se dedica a copiar y a hacer suyo lo que no es, lo único que le tengo es desprecio, absoluto desprecio.

Lo siento, sé que este no es el tipo de entrada que esperáis 

encontrar por aquí pero a veces, 

una no puede más.